Un otoño de bosques: mi abuelo no conoce la palabra árbol

10 Oct 2014 Jennifer García Sin Comentarios

Y no porque en los pueblos no haya cultura. Más bien al contrario: desde la generación de nuestros padres, la que se fue del pueblo a las ciudades en busca de un futuro, nos hemos ido olvidando de palabras más espécificas relacionadas con el mundo rural, sus actividades y la naturaleza que lo rodea. Mi abuelo no necesita la palabra «árbol» porque él utiliza «haya», «pino», «roble» o «nogal». Y es una lástima perder toda esa riqueza lingüística.

¿Pero qué mejor época que el otoño para poner remedio a esto? El curso escolar ha empezado también para nosotros, así que no podemos dejar pasar la oportunidad de ampliar nuestro vocabulario sobre naturaleza. Y de paso, recargar pilas y visitar bosques que lucen exhuberantes con esos colores tan característicos. Te sugerimos varios destinos para repasar mientras oyes el crujir de las hojas a tu paso.

Hayedo de Tejera Negra

No digas que empezamos con un tema difícil, que el nombre no da mucho lugar a la confusión. Situado en Cantalojas, Guadalajara, el de Tejera Negra es el hayedo más al sur de Europa y, en efecto, está formado mayoritariamente por hayas.

Lánzate a perderte por la zona, disfruta llevando la vista hasta donde la frondosidad te deje. Cuando te apetezca, frena en seco. ¿Lo oyes? Es el silencio. Aquí lo encontrarás. Pero recuerda bajar la mirada de vez en cuando, por la zona son muy comunes los boletus edulis, delicatessen para los más hongófilos.

Cantalojas se encuentra entre los conocidos como Pueblos Negros de Guadalajara, ¿te apetece un fin de semana disfrutando en una casa rural?

Muniellos

El de Muniellos, entre Cangas del Narcea e Ibias, en Asturias, es un punto importante en el temario. Se trata ni más ni menos que del mayor robledal de Europa, un señor bosque que fue declarado reserva de la biosfera por la Unesco en el año 2000.

Dicen que Muniellos rejuvenece a quien camina por él, entre todos esos monumentos de siglos de antigüedad. ¿Cómo, también hay monumentos antigüos? ¡Claro! Los robles viven entre 200 y 300 años de media, pero se sabe que pueden llegar hasta… ¡los 1000!. Fíjate cuando pases por su lado, si estás hecho un chaval en comparación. Recuerda que para visitar Muniellos tienes que pedir autorización al Gobierno del Principado de Asturias.

Las Médulas

En esta parte del curso vamos a visitar un antigua explotación minera de oro. Tranquilo, guarda el pico y la pala para otra ocasión, que fueron los romanos los que buscaron el tan preciado metal hace mucho tiempo. Se encuentra en el municipio del mismo nombre de la comarca del Bierzo, en León, y de aquella época sólo queda un paisaje de arenas rojizas, que ahora están cubiertas por un manto de robles, como el tema anterior, pero también castaños.

Tras ser testigo de primera mano de este peculiar paisaje modelado a partes iguales por la naturaleza y el hombre, acércate también al mirador de Orellán, en la localidad vecina, e imagina desde lo alto a todos aquellos romanos, trabajando como hormigas. Quizá sólo de pensarlo te entre hambre, así que puedes probar con unas castañas asadas para entrar en calor.

Las Médulas no se descubren en un día, hay que pasar algunas jornadas para conocerlas bien. ¿Y qué mejor que hacerlo en una casa rural?

Parque natural de Los Alcornocales

Vaya, otro destino con la solución en el nombre. Si al final esto no va a ser estudiar, demasiado fácil. Aunque habrá algún despistado que piense que le estamos insultando, el alcornoque es la especie vegetal dominante en este parque que se extiende sobre todo en la provincia de Cádiz, pero también en Málaga.

No te olvides de llevar un tentempié para reponer fuerzas. Si has cogido una botellita de vino, saca el corcho. Tócalo. Ahora acaricia la corteza de uno de los alcornoques. ¡Estás tocando lo mismo! De la corteza del alcornoque se produce el corcho. Aunque cada vez se emplean más materiales sintéticos, los que saben dicen que nada como el auténtico corcho para conservar un vino como debe ser. En la zona de los Alcornocales podrás encontrar diversos talleres de artesanía en los que te explicarán cómo se explota de manera sostenible y qué otros productos se fabrican con este árbol.

¡Perdón, perdón! He tenido un lapsus, he usado la palabra «árbol» al final del último párrafo y ha venido mi abuelo a regañarme.¿Cómo? ¡¿Examen sorpresa?! Esto me pasa por bajar la guardia. ¿Y no podría ser después del otoño, abuelo? ¡Tengo sitios que visitar!

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