La enogastronomía: Una tendencia real
Cada vez más personas se sienten atraídas por la posibilidad de descubrir nuevos destinos a través de su gastronomía y vinos característicos. Pero, ¿es posible atraer a los viajeros utilizando esta palanca? ¿Hasta qué punto es una tendencia real o simplemente una moda pasajera? Estas interrogantes han sido abordadas por muchos expertos en el tema gracias a la Red Española de Desarrollo Rural (REDR).
Qué es la enogastronomía
La enogastronomía es el arte de deleitar los sentidos y alimentar el espíritu a través de la perfecta comunión entre el vino y la gastronomía. Es la danza de sabores y aromas que se entrelazan en cada plato y copa, transportándonos a los rincones más auténticos y sorprendentes de una región. Es el viaje sensorial que nos sumerge en la historia, la cultura y la pasión de un lugar, donde cada bocado y sorbo nos cuenta una historia única.
En esta sinfonía gustativa, los vinos se convierten en notas melodiosas que resaltan los sabores y realzan las texturas de los alimentos, mientras que la gastronomía se transforma en el lienzo donde se despliegan las maravillas culinarias de la región. Es una experiencia donde los productos locales se transforman en obras maestras del paladar, celebrando la tierra, el clima y la labor de aquellos que con dedicación y amor cultivan y elaboran cada ingrediente.
La enogastronomía implica una fusión entre vinos y alimentos, valorando la tradición vinícola y culinaria de una región en conjunto. Este tipo de turismo está estrechamente relacionado con el territorio que se visita, ya que permite conocer la cultura, las tradiciones y la identidad de una región a través de su comida y bebida.
La implicación de la hostelería en la enogastronomía
Los bares y restaurantes de los destinos rurales para llevar a cabo esta tendencia deben utilizar productos locales en la preparación de platos de calidad, brindando así una experiencia única al visitante.
Es clave la importancia de los productos locales para promocionar un territorio. Muchas veces, los productos de calidad producidos en regiones rurales no están disponibles en los grandes centros urbanos, lo que genera un valor agregado para aquellos viajeros que buscan autenticidad.
Estrellas Michelin en la promoción gastronómica
Los restaurantes galardonados con estrellas Michelin gozan de una mayor visibilidad, pero también enfrentan el desafío de mantener la calidad en su oferta culinaria. Es importante destacar que el público que busca restaurantes con estrellas Michelin no siempre es el mismo que aquellos que visitan destinos rurales en busca de experiencias enogastronómicas.
Ser reconocido con una o varias estrellas Michelin significa formar parte de una élite culinaria, lo que atrae la atención tanto de los amantes de la buena mesa como de los críticos gastronómicos y los expertos en enogastronomía. Los restaurantes premiados se convierten en destinos obligados para los viajeros ávidos de experiencias culinarias excepcionales, lo que tiene un impacto directo en la promoción del destino y en el impulso del turismo enogastronómico.
Estos son algunos ejemplos de Estrellas Michelin con sabor rural:
- Arrea!: se ubica en Santa Cruz de Campezo en la provincia de Álava. Este restaurante ha basado su cocina con la tradición de la recolección de frutos silvestres, en la caza y en la pesca de la zona que ya practicaban sus antepasados para subsistir.
- Hospedería el Batán: lo podemos localizar en Tramacastilla, provincia de Teruel. María José Meda es la responsable de haber dado un giro a la gastronomía de la zona conservando la esencia de los productos locales. Sus menús se basan en los productos de temporada de la zona como la trufa negra o las alcachofas.
- Venta Moncalvillo: se localiza en Moncalvillo, provincia de La Rioja. Destaca por sus nuevas propuestas culinarias basadas en la cocina tradicional riojana, productos de temporada y la sostenibilidad.
La implicación de los productores, alojamientos rurales y el trabajo colectivo
La importancia de que los propios productores hablen y conozcan la zona. Esta es una manera para promocionar el lugar. También los restaurantes deben participar en los eventos de la región, estar presentes, participar activamente del turismo de la zona. Hay que trabajar en red, no como enemigos, para que todo sea mucho más fácil, señaló.
El trabajo colectivo facilita la promoción de la región y permite ofrecer a los viajeros una experiencia enogastronómica auténtica y memorable. La combinación de vinos de calidad, productos locales y una gastronomía innovadora es un atractivo poderoso para atraer a los turistas que buscan experiencias únicas durante sus viajes. La enogastronomía no es solo una tendencia pasajera, sino una realidad en constante crecimiento que se ha convertido en un elemento motivador para explorar y descubrir nuevos destinos. A través del trabajo conjunto entre productores, restaurantes y alojamientos turísticos, se puede potenciar y promover la enogastronomía como un motor de desarrollo económico y turístico, generando un impacto positivo en las comunidades locales y en la experiencia de los viajeros.