El Rancho del Esquileo

Cualquier viajero que recale en la pequeña localidad de Brieva de Cameros, en la comunidad autónoma de La Rioja, tendrá la valiosa ocasión de pescar en su río truchero, el Brieva; de sentir el placer de contemplar y recorrer la Sierra de Castejón y también de descubrir las excelencias paisajísticas de la comarca de Anguiano. En efecto, Brieva de Cameros, con apenas poco más de medio centenar de habitantes, es un pequeño pueblo que podría pasar desapercibido para muchos turistas de paso, a pesar de sus incontables atractivos. No obstante, en el municipio riojano de Brieva de Cameros, a poco más de 60 kilómetros de Logroño, es necesario realizar una parada obligada para visitar ‘El Rancho del Esquileo‘, un más que digno homenaje a la oveja, a la trashumancia y a la vieja figura del esquilador tradicional.

Es muy difícil concebir la historia cotidiana y los estilos de vida tradicionales de muchas zonas rurales de nuestro país si prescindimos de las ovejas y de la ganadería trashumante, íntimamente ligadas al oficio de esquilador, que aún pervive en nuestros días. En Brieva de Cameros, ‘El Rancho del Esquileo‘ es un museo de la lana y de las más seculares tradiciones ligadas a la ganadería ovina. Instalado en un antiguo almacén de lana, ‘El Rancho del Esquileo‘ permite al turista viajar en el tiempo hasta aquellos años en los que la vida de muchos territorios rurales giraba alrededor de la trashumancia, de la cría de las ovejas, del milenario oficio de esquilador y de la importancia de la recolección de la lana como medio de vida.

Una buena parte de las prácticas, contenidos e imágenes que pueden admirarse en ‘El Rancho del Esquileo‘, en tierras de La Rioja, ya pertenecen a un pasado lejano, pero invitan a vivir con intensidad un tiempo en el que las ovejas asumían el protagonismo en la vida y en el trabajo de pueblos y aldeas.