La Casa es muy bonita, pero es una pena que no esté más puesta al día. En vez de jugar a favor de su estilo antiguo, que es muy bonito y tiene mucho encanto, han dejado que esté ligeramente vieja, y hay una diferencia. Es incómodo tener platos, vasos y cubiertos fuera de la cocina, y las sábanas, si bien limpias, están muy usaditas, al igual que los colchones. A cambio, la casa tiene encanto, pero le falta ese punto extra que la haga deliciosa, porque tiene las condiciones para ello. El exterior no está cuidado, y el emparrado, siendo precioso, tapa las vistas bonitas del monte - y deja al descubierto las casas feas de enfrente.Hubiera sido fantástico tener algunas tumbonas para poder leer en el exterior, y no sólo sillas de plástico, que nos hubieran permitido disfrutar mucho más del exterior.
El trato fue impecable: la anfitriona es encantadora, el paseo que hay por los jardines cercanos es una delicia y las montañas que rodean la casa son fantásticas.
El trato fue impecable: la anfitriona es encantadora, el paseo que hay por los jardines cercanos es una delicia y las montañas que rodean la casa son fantásticas.