Descubre la Isla de Garraitz que emerge cuando baja la marea
La Isla de Garraitz, también conocida como Isla de San Nicolás o Lumencha, está situada en el municipio de Lekeitio (Vizcaya). Se trata de una pequeña isla de 250 metros de largo y casi 50 metros de altura cuyo nombre significa etimológicamente “la roca de fuego” en euskera. Uno de los lugares más visitados de Leiketio, el municipio al que pertenece el este peculiar islote. Si quieres llegar a ella deberás hacerlo cuando baje la marea, ya que es cuando emerge el camino de piedra cubierto de musgo que te llevará desde el puerto hasta la isla. Aunque también puedes hacerlo a pie a través de la playa de Karraspio. ¿Quieres saber más sobre este lugar?
Cómo llegar a la Isla de San Nicolás
Lo más curioso de esta isla es que está unida a la península a través de un dique que solo aparece cuando baja la marea y que fue construido para evitar que los sedimentos de la ría entren en el puerto. Precisamente por eso se la conoce como la isla mágica, ya que el malecón para acceder a ella aparece y desaparece según la marea. Si quieres visitarla es recomendable conocer el estado de la marea para planear la excursión.
Historia de la Isla de Garraitz.
A lo largo de la historia la Isla de Garraitz ha tenido varios usos de tipo militar, religioso y civil. De hecho, en el siglo XVI la isla sirvió como aislamiento para los contagiados por la lepra o marineros que habían contraído la peste en Flandes y otros lugares de Europa durante sus viajes. Aunque actualmente no se trata de una isla habitada, su terreno alberga todo tipo de arbustos y algunos pinos y cipreses, además de restos arqueológicos. Antiguamente, la isla era un lugar idóneo para controlar a los barcos. De esta manera los atalayeros se situaban en la cima de la isla para hacer fogatas y avisar a los pescadores la situación de la isla para que no encallaran.
Aquí también existió una ermita consagrada llamada San Nicolás de Bari, de ahí el nombre de la isla, de la que hoy se pueden ver los cimientos. En el pasado esta ermita acogió a una congregación de freilas o seroras de la villa, un grupo de mujeres provenientes de familiares adineradas que se dedicaban a rezar y cuidar de los enfermos. Más tarde, y tras la expulsión de esta congregación, se fundó un convento de franciscanos que duró pocos años debido a las duras condiciones meteorológicos y la falta de agua dulce de la isla. Tras su abandono la vegetación cubrió por completo el terreno convirtiéndola en una isla salvaje. Es por ello que hace apenas unos años la diputación de Bizkaia decidió replantar algunos ejemplares más. Además, en 2019 la isla fue declarada Parque Aqueológico, el único que hay actualmente en el País Vasco.
Qué ver en la Isla de Garraitz
El mejor plan es aprovechar la bajamar de la mañana para llegar hasta ella y descubrirla dando un tranquilo paseo hasta llegar a la cima, desde donde podrás contemplar unas impresionantes vistas de la bahía y el pueblo. También puedes ver algunas aves de paso. Eso sí, recuerda que para volver debes cruzar el espigón de Lazunarri antes de la que suba la marea.
La villa de Lekeitio
La villa de Lekeitio es uno de los lugares más bonitos de la comarca, por lo que al mediodía puedes disfrutar de la gastronomía local en cualquiera de los restaurantes del municipio y, ya por la tarde, puedes recorrer el casco histórico para visitar algunos lugares de interés como la Basílica de la Asunción de Santa María o la Plaza Arranegiko Zabala donde antiguamente las mujeres vendían el pescados capturado por sus maridos.