Déjate conquistar por el otoño

26 Oct 2012 Beatriz Rodríguez Sin Comentarios

Uno de los grandes atractivos del otoño es ver cómo las hojas de los árboles cambian de tonalidad, contemplar un paisaje en el que el verde se va mezclando con amarillos, naranjas, rojos, ocres y marrones, deslizar los pies sobre montones de hojas…

Siempre se ha dicho que Central Park (Nueva York) es un lugar ideal para disfrutar del otoño y sus colores, pero son muchos los lugares en España que poco tienen que envidiar al mítico pulmón neoyorquino. Os dejamos cinco ejemplos:

El hayedo de Montejo (Madrid)

Navarra: la selva de Irati, en el Pirineo Occidental y próxima a los pueblos de Ochagavía y Orbaiceta, es la mayor masa forestal de la región y  uno de los mayores y mejor conservados bosques de hayas y abetos de toda Europa.

Huesca: el bosque de Turieto Bajo, en el acceso al valle de Ordesa, reúne una espectacular masa forestal de abeto blanco y pinar musgoso y una fauna propia de los bosques centroeuropeos. En palabras del pirineísta Lucien Briet, quien cuenta con un monumento en la zona, se trata de “una selva, donde solo se ven árboles, a través de árboles y sobre árboles”.

León: el bosque de Soto de Sajambre es un lugar idílico y quizás uno de los más apropiados de Picos de Europa para paseos familiares o con niños. Bellos paisajes, sin precipicios ni grandes desniveles y unos árboles vestidos de otoño que conquistarán al visitante. Esta zona leonesa, en la que nace el río Sella, se une con Asturias a través del desfiladero de Los Beyos.

Ávila: el castañar de El Tiemblo demuestra que los bosques que imaginábamos poblados de duendes y demás seres fantásticos cuando éramos pequeños existen realmente, con grandes árboles, rugosos troncos y fuertes raíces asomando de la tierra. Cuenta con los mejores castaños de la Sierra de Gredos y despliega todo su potencial en otoño, cuando podemos apreciar el contraste cromático de los castaños con el resto de árboles, como robles, acebos y pinos.

Madrid: el hayedo de Montejo fue declarado Sitio Natural de Interés Nacional en 1974; hayas de más de 30 metros de altura, robles, cerezos, avellanos, abedules se unen con otras especies. Algunas de las hayas tienen, incluso, nombre propio (‘La Roca’ es la más admirada, por sus más de 250 años). El recorrido por esta zona por la que trascurre el río Jarama se presta al relato de leyendas. Hay una, de hecho, que afirma que en este bosque habitan unas hadas pequeñitas que encandilan a los caminantes y los convierten en animales.

Estos rincones son en sí mismos un gran atractivo y el simple hecho de leer sobre ellos ya invita a planear una escapada a uno (si no a todos). El otoño es, además, una de las mejores estaciones para caminar y para recorrer zonas naturales: sin las alergias primaverales, ni las sofocantes temperaturas veraniegas, ni las inclemencias del crudo invierno (para invierno, mejor deportes de nieve, ¿no crees?).

No dejes que las lluvias propias del otoño te echen para atrás, porque es la época ideal. Total, ¿qué es un poquito de lluvia cuando estás disfrutando de paisajes como estos?

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Publicado en Algo Especial

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