Qué ver en Abarca De Campos

Situado a 30 Km al oeste de la ciudad de Palencia, fácilmente accesible por la carretera N-610 (desvío Castromocho), el municipio de Abarca de Campos ofrece al visitante oportunidades únicas para el turismo monumental y de naturaleza. Atravesado por el río Valdeginate y el Canal de Castilla, por el cual se pueden realizar paseos en barca, el pueblo nos permite pasear entre chopos, olmos negrillos, acacias, sauces, amapolas, genivas, que crecen en las orillas de sus cursos de agua, así como observar diversas especies animales: jilgueros, cigüeñas, golondrinas, liebres, raposos, mochuelos, milanos barbos, ánades y otras. También son destacables las vistas que se disfrutan desde los altos de Buriel y La Cruz.

Villa de importante raigambre medieval, las primeras referencias históricas de la misma datan del siglo X, en que el rey Ordoño II de León donó la iglesia de Santa María de Abarca para el mantenimiento de la primera catedral de León, y del siglo XI, en que Sancho III el Mayor de Navarra restituye dicha iglesia al episcopado de Palencia. El pueblo perteneció a la Orden de Calatrava durante el siglo XVIII y al señorío de Alburquerque durante el XIV. En el siglo XV pasó a los dominios de la antigua y rica familia de los Osorio, de la que se conserva la Casa Palacio, declarada Bien de Interés Cultural en 1992. También se puede visitar la iglesia parroquial de San Sebastián de Abarca, de estilo mudéjar, dentro de la cual puede admirarse un órgano construido en 1778, que todavía se utiliza en el ciclo de conciertos de agosto y en cursillos impartidos en Abarca, junto con otros instrumentos que se conservan en casas particulares.

Las fiestas patronales de San Sebastián se celebran el 20 de enero, y también se organizan fiestas de verano el segundo sábado de agosto, ocasiones que pueden aprovecharse además para pasear por el casco urbano y contemplar la arquitectura tradicional en adobe. Asimismo se debe señalar es esfuerzo del pueblo de Abarca por renovarse y ofrecer nuevas actividades, entre las que destaca La Fábrica de harinas, reconvertida en museo de arte contemporáneo, y el proyecto de recuperación de la antigua casa del maestro para emplazar en ella el futuro Museo Agrícola del siglo XX.