Qué ver en Viseu

Según la leyenda, el nombre de la ciudad proviene de la época de la reconquista cuando un guerrillero al ver la villa preguntó “qué viso eu?” , de esta pregunta nacería Viseu.

Pese a no ser una ciudad muy turística, merece la pena visitarla. En ella, aún quedan restos de la antigua ciudad amurallada, que junto a la decoración de azulejos de las fachadas dan una estética única a la localidad.

Los orígenes de la ciudad se remontan a la invasión del Imperio romano en la península ibérica. Ubicada en un cruce de calzadas que tiene como destinos la ciudad de Mérida y Braga, supuso a lo largo de los siglos un importante lugar de parada. Después de la ocupación romana, la ciudad se convirtió en sede de diócesis por lo que ya adquirió un gran tamaño en el siglo Vl.

Entorno a 1383, hubo una crisis generalizada en Portugal, arrastró también a Viseu. Tras ser saqueada por tropas de Castilla,  Juan l mandó que fuera amurallada. A partir del reinado de Manuel l de Portugal, la ciudad se expandirá conviertiéndose el Rossio en su principal barrio residencia.

La ciudad se caracteriza por un importante patrimonio cultural. Si visitas Viseu deberás pasarte por Adro da Sé la plaza más representativa de la localidad, donde se entornan los edificios más relevantes: La Catedral, el Palacio de los Tres Escalones (actual Museo Grao Vasco), la Torre de Homenaje, el Balcón de los Canónigos y la Iglesia de la Misericordia. La catedral construida entre los siglos Xlll y XlV, es de estilo gótico fortificado, jugando en sus interiores con arcos y pilares de estilo manuelino.

Las fiestas mayores de Viseu son la feria de San Mateo desde el 14 de agosto al 21 de septiembre.