Atención excelente por parte de las dueñas, con ánimo de hacerte sentir mejor que en casa. Sitio apartado pero muy tranquilo. Vale la pena por lo bien que se duerme, la vista del cielo por la noche es espectacular. Ideal para descansar y para recorrer la zona desde allí. No os lo perdáis.
El hotel es muy limpio y acogedor, y las propietarias son super amables y están pendientes todo el rato para ayudarte en cualquier cosa.
La cena riquísima, puedes comer hasta que te hartes, así que merece la pena pagar por ello. El desayuno muy completo con tostadas de pan, bollería, café, zumo y algún bollo casero; además puedes repetir lo que quieras.