Este verano tan inusual decidí ir con mi familia a el Urogallo. Me sorprendió el sitio desde que entre, la cercanía del alojamiento a lugares con encanto y pozas fue lo que más me gusto. Pasé unos días estupendos llenos de planes consiguiendo así desconectar totalmente de la rutina.
Olga, la dueña del lugar, es encantadora y te da todas las facilidades que uno puede tener siempre con una sonrisa y con el agrado que le caracteriza.
En cuanto a las habitaciones y la limpieza todo perfecto. Son súper acogedoras y están súper limpias.
¡Estoy deseando ya que sea el año que viene para poder volver y descubrir otros rinconcitos de la zona que se me quedaron pendientes en esta escapada!
Olga, la dueña del lugar, es encantadora y te da todas las facilidades que uno puede tener siempre con una sonrisa y con el agrado que le caracteriza.
En cuanto a las habitaciones y la limpieza todo perfecto. Son súper acogedoras y están súper limpias.
¡Estoy deseando ya que sea el año que viene para poder volver y descubrir otros rinconcitos de la zona que se me quedaron pendientes en esta escapada!