Un lugar extraordinario, pasamos el finde en familia, los niños tienen muchos sitios que descubrir y pasarlo bien. Los dueños Cris y Gabi han estado en todo momento muy atentos, te sientes como en casa. Los anfitriones de cuatro patas son lo más, las burras muy sociables, cata la gata nos ha hecho compañía y la simpática y preciosa Lua nos ha acompañado en todo momento.
Estamos deseando volver...
Sin duda alguna, una experiencia para repetir. Lugar perfecto para desconectar del día a día y conectar con la naturaleza. Agradecemos a Cris y Gabi, los propietarios, por su atención y trato recibido. Desde el inicio fueron muy atentos y amables. Gracias por mostrarnos la planta del espárrago y por compartir con nosotros su visión de la vida y sencillez. Volveremos.
El camino hacia la casa es algo escarpado, pero vale la pena. Desde el principio, Cris y Gabi te hacen sentir como en casa. Un lugar que ellos mismos habilitaron, no le falta ningún detalle, todo muy limpio y camas cómodas. Un espacio para soñar y disfrutar del atardecer. Ideal para niños; perros, burritos, gallinas, piscina, tirolina... Mi hija no quería irse y nuestro perro Max tampoco. ¡Deseando volver!
Buscábamos un lugar para dos personas, alejado del bullicio diario, a buen precio y que admitiera mascotas, rodeado de naturaleza. ¡Dimos en el clavo! Un sitio fantástico, al igual que sus dueños. ¡Volveremos tan pronto como podamos!
Una casa rural increíble para desconectar en plena naturaleza, rodeada de montañas y con varias rutas para explorar. Las casas están muy bien equipadas y, si te gustan los animales, también podrás disfrutar de ellos. Los anfitriones son muy amables y atentos. Sin duda, volveremos. Dos días se nos quedaron cortos.
Estamos deseando volver...