Un lugar extraordinario, pasamos el finde en familia, los niños tienen muchos sitios que descubrir y pasarlo bien. Los dueños Cris y Gabi han estado en todo momento muy atentos, te sientes como en casa. Los anfitriones de cuatro patas son lo más, las burras muy sociables, cata la gata nos ha hecho compañía y la simpática y preciosa Lua nos ha acompañado en todo momento.
Estamos deseando volver...
Estamos deseando volver...