Se encuentra en una zona tranquila y a poca distancia de las playas de la Costa del Sol, permitiendo disfrutar de la serenidad de la sierra y la calidez de la playa.
Nos encantó. La casa es muy acogedora y cuenta con todo lo necesario para pasar unos días en un entorno natural rodeado de frutales, vegetación y agua. El anfitrión brinda un excelente trato, atento y cuidadoso con los detalles.