Insuperable el trato que nos mostró el dueño Don José Antonio durante nuestra estancia. Nos hemos sentido como en casa y agradecerle es poco todo lo que ofreció en su casa. Desayuno casero muy rico con su café de caldero y sus tostadas de pan calentitas. Una especial almuerzo que nos dejó preparado antes de irnos el último día.La habitación muy limpia y cómodo. El lugar es increíble con unas vistas a los picos de Europa extraordinarioa. Nos mostró información de los lugares más importantes de la zona y sus costumbres. Es todo un ejemplo de persona que cualquier huésped desearía tener cuando va a un alojamiento fuera de su casa. Gracias por todo José volveremos a repetir.