Una maravilla. Encantados con todo: el lugar (para perderse y no salir de allí), la casa (probablemente la mejor en la que hemos estado), el propietario... Muchas gracias, Pepe, siempre tan agradable y atento; hemos descansado, disfrutado de la conversación y también de la generosa despensa (la tortilla de patata elaborada con los productos del lugar, inmejorable). Volveremos.