La casa es muy acogedora y muy bonita. Nos cautivó la decoración rústica con un toque moderno. Las vistas que tiene a la ría son un auténtico mirador. El amanecer es un espectáculo saliendo el sol por la sierra de detrás del puente. El jardín es muy bonito y el dueño lo tiene súper cuidado. Sus consejos sobre rutas y restaurantes fueron un acierto. Fuimos un grupo de amigos tres noches y volveremos sin dudarlo.