De mi estancia en El Adobe guardo un gratísimo recuerdo. Por un lado, por la belleza de su entorno, tanto por la zona de montaña como -y sobre todo- por la belleza de sus campos; y por otro por la propia estancia en la casa. Destacaría la buena calidad en general de El Adobe, la limpieza, y también la atención de Enca y Steve. De la manera más discreta, parece que no están pero sí que están, y tanto que están, pendientes de cualquier detalle, de cualquier necesidad, y ofreciéndote prudentemente su encantadora conversación (¡siempre que no sea a la hora de la siesta!). Gracias a su buen hacer han creado un ambiente sereno, diferente y muy agradable. Muy recomendable.
Publicado el: 02/09/2010