Este hotel rural bien podría llamarse “A soño fabrica”, que en el dialiecto local se traduciría por “la fábrica de sueños” porque en él podemos ver cumplidos muchos de los sueños que en el dia a dia vamos coleccionando en el almacén de nuestra imaginación. Lo primero que destacaría es la sonrisa permanente del personal que nos atiende, especialmente de su alma máter, Carlos, el responsable y director de todo este fantástico proyecto. Tuvimos la suerte por cierto de que Carlos nos contase la historia de este agradable hotelito rural. Ah, si tenéis suerte probaréis uno de los jugos de naranja más increíbles que jamás hayais degustado ... preguntadle por el secreto ;-) También podéis pedir a Carlos que os prepare una paella, ufff, sin palabras. Bueno, solo deciros que os recomiendo completamente este hotel rural. Muchas gracias
Publicado el: 18/04/2009