Fuimos toda la familia a pasar unos días en Nochebuena, un sitio ideal para juntarnos. El entorno es único , molino del siglo 15 (creo) totalmente restaurado y situado entre montañas y al lado del río que baja del pantano de Tibi. La casa muy acogedora con chimenea y calefacción y todas las comodidades. Terraza y jardín muy agradables para tomar el solecito y barbacoa en la que puedes hacer una chuletada o una paella, jardín en la parte superior de la casa con columpios para los niños y la opción de unos paseos inolvidables. Los dueños Myriam y Carlos encantadores. Repetiremos seguro.