Habitaciones confortables y bonitas, excelente relación calidad-precio en el restaurante (cocinan muy bien!) y estupendo equilibrio entre profesionalidad y calidez en el trato. Un gusto de estancia. Hacer las cosas con mimo marca la diferencia.
Estuvimos en el hotel 5 días a principios de agosto, y la estancia no pudo ser mejor. El hotel está ubicado en la región de la Vera, a escasos kms de Jarandilla, y es un remanso de paz el lugar en el que se encuentra, te permite desconectar desde que pones un pie allí. Es un hotel rural recién construido y cuidado con todo lujo de detalles. Sus dueños, Isabel y Javi son grandes profesionales, se nota que se desviven porque todo salga estupendo y a gusto de sus huéspedes. Se trataba de pasar unos días en familia, ocupamos 4 de las habitaciones del hotel, y todas estaban estupendamente cuidadas, limpias y decoradas con gusto. El desayuno era espectacular, todo preparado por ellos mismos, e incluso tomamos allí alguna que otra cena y el servicio era perfecto también, y nada qué decir del estupendo porche que tienen, se estaba de miedo. Hicimos uso de la piscina, que aunque allí las noches son fresquitas, pero en pleno verano se agradecía darte un chapuzón. Te facilitaban todo tipo de recomendaciones sobre la zona, excursiones y cosas que hacer en los alrededores, de hecho parte de la familia nos animamos a hacer una ruta por los alrededores del hotel. Otra de las experiencias que nos recomendaron, fue ver la lluvia de perseidas tan típica de esas fechas, algo inmejorable.
En resumen, una estancia perfecta para pasar en familia, y más si lo que vas buscando es descanso, relax y desconexión.