La casa es pequeña, pero muy acogedora. La terraza privada de atrás es una maravilla para poder disfrutar de las noches estrelladas y la piscina es otro punto a favor.
La casa está en un lugar idóneo para poder visitar los Arribes del Duero y Zamora.
Lo mejor, la tranquilidad de la aldea.
Pero si tengo que destacar algo es la amabilidad de Carmen, la anfitriona, siempre pendiente de que estuviéramos a gusto y y ofreciéndonos información sobre la zona.
Sin duda alguna, lo recomiendo.
La casa está en un lugar idóneo para poder visitar los Arribes del Duero y Zamora.
Lo mejor, la tranquilidad de la aldea.
Pero si tengo que destacar algo es la amabilidad de Carmen, la anfitriona, siempre pendiente de que estuviéramos a gusto y y ofreciéndonos información sobre la zona.
Sin duda alguna, lo recomiendo.