Es una casa acogedora, limpia y tranquila, con una chimenea que proporciona un calor maravilloso. Carmen, la dueña, es una persona maravillosa. Estuvo siempre dispuesta a ayudar y compartió con nosotros mucha información útil sobre lugares para visitar y dónde comer. Sin duda, la recomendaré a todos mis conocidos y, si volvemos a la zona, nos alojaremos aquí.