Un fin de semana de lo más relajante. La casa es preciosa, muy confortable y bien equipada. Está muy bien ubicada a un paseo de los puntos más emblematicos de Camuñas, es un pueblo pequeño y tranquilo pero en realidad eso buscabamos, para bullicio ya tenemos la ciudad. Rubí es una anfitriona generosa y explica con pasión y al detalle la historia de su pueblo, es una adalid de la vida rural. Tienen una finca estupenda que pusieron a nuestra disposición ideal para disfrutar al aire libre con la familia y amigos. Y hemos dejado para el final el momento jacuzzi, que pasada, nos volvimos a casa nuevos y la desconexión que conseguimos renovó nuestra energia. Es una forma preciosa de mantener nuestros pueblos, felicidades a Rubí y su marido por su proyecto, os deseamos la mejor de las suertes. Volveremos.