La casa es estupenda. Es atractiva y decorada con estilo. Amplia, confortable, acogedora y muy bien provista. El entorno es precioso y el pueblo también resulta encantador. Con su recorrido junto al río y sus puentes.
La localización es única, junto a la pequeña iglesia románica. Ambiente sereno y silencioso, de fácil llegada. Los espacios están bien ambientados y son espaciosos, la vivencia de estar allí es sumamente placentera. Los propietarios se preocupan mucho de que sea así, siempre atentos y a disposición.
Una experiencia increíble. El anfitrión se esforzó para que nuestra estancia fuera inmejorable. La casa no carece de nada, ubicación excelente, junto a la hermosa Iglesia Románica de San Míguel, en una zona tranquila, a la vez cerca y lejos del ajetreo del pueblo. Sin duda volveremos.