Casa con personalidad y encanto. Arquitectura interesante, bien decorada. Cómoda y equipada. Las áreas comunes excelentes, con una zona en sombra en el jardín para comer y chill out muy amplia. Con barbacoa y paella. Aunque nos enteramos después de que había posibilidad de encargar asados en el pueblo. Jardín grande, privado y agradable, con piscina y pádel. El entorno super tranquilo y razonablemente cercano a Madrid. Hay una pequeña laguna y un encinar cercanos. La propietaria estuvo pendiente de que todo estuviese en orden; de hecho nos tocó tiempo frío para la época y nos puso la calefacción ¡en junio!! Nos regaló unos huevos de sus gallinas que fueron un desayuno excelente. Lo pasamos fenomenal. Muy recomendable