Nuestra experiencia fue excelente. Tanto Eduardo el dueño, como Cida y Robin los encargados de la casa muy atentos y serviciales. Cocina completamente equipada. Limpieza total. Un súper a escasos 100 metros. Para los niños diferentes juegos y bicicletas. Rutas de senderismo próximas, lugar muy trankilo. Si hay que poner algún pero, la iluminación en las habitaciones es un pelin escasa y el cenador pide un cambio. Sin duda repetiremos para poder disfrutar de la piscina, que en esta ocasión por las fechas aún estaba cerrada. Desde luego una opción a tener en cuenta para disfrutar de un entorno trankilo y acogedor.