Las instalaciones están muy bien, la casa es muy amplia y cómoda. El problema son los modales del dueño de la casa. Todo iba bien hasta la última noche, en la cual tuvimos la música hasta las 2 de la mañana. El dueño, en vez de pedirnos con educación que bajáramos la música decidió amenazarnos con frases como “pensáis que el lobo no llega, pues si llega ha llegado” y cortarnos la luz durante media hora sin ninguna explicación. Continuó amenazándonos diciendo “si hay un grito más en la calle, no se da más en toda la noche”. Creo que actuó así porque éramos chicos jóvenes y quiso meternos miedo sin ningún tipo de derecho.