Nos hemos alojado en la casa Las Vigas, cuatro adultos, un bebé y un perrito que fue aceptado gratuitamente, algo poco habitual y por lo cual estamos agradecidos. La casa es bonita y muy antigua y el patio agradable y espacioso. Montse es atenta y puntual.
Las camas en las que dormimos son viejas, cortas y muy ruidosas. La cocina es antigua y con fregadero y fogones a la altura de la cadera. Los 2 fuegos que tiene no cocinan bien y el grifo gotea. Las puertas y las escaleras crujen. Sólo hay un baño y está en la parte de abajo, por lo cual, a la noche, hay que bajar las escaleras algo peligrosas y ruidosas. Las ventanas son antiguas y no ajustan bien.
Agradeceríamos que nos hubiesen avisado de que nuestra estancia coincidía con las fiestas del pueblo, que se celebran en la puerta de la casa literal, con una tómbola a la altura de las ventanas de los dormitorios, sintiendo golpes constantes, voces, música, petardos, coches y cláxones hasta las 3 de la mañana del viernes. Suerte que nos fuimos el sábado a primera hora y no sufrimos el jaleo de ese día de fiestas, aunque dejamos pagada la noche del sábado al domingo.
Las camas en las que dormimos son viejas, cortas y muy ruidosas. La cocina es antigua y con fregadero y fogones a la altura de la cadera. Los 2 fuegos que tiene no cocinan bien y el grifo gotea. Las puertas y las escaleras crujen. Sólo hay un baño y está en la parte de abajo, por lo cual, a la noche, hay que bajar las escaleras algo peligrosas y ruidosas. Las ventanas son antiguas y no ajustan bien.
Agradeceríamos que nos hubiesen avisado de que nuestra estancia coincidía con las fiestas del pueblo, que se celebran en la puerta de la casa literal, con una tómbola a la altura de las ventanas de los dormitorios, sintiendo golpes constantes, voces, música, petardos, coches y cláxones hasta las 3 de la mañana del viernes. Suerte que nos fuimos el sábado a primera hora y no sufrimos el jaleo de ese día de fiestas, aunque dejamos pagada la noche del sábado al domingo.