Celebramos la llegada del Año Nuevo en este encantador pueblo semi abandonado, con apenas unas pocas casas, pero con una buena comunicación. Un paisaje hermoso y tranquilo. La casa, ecológica y sostenible, cuenta con todo lo necesario y está rodeada de naturaleza. Agradables senderos y entorno para explorar. Los propietarios son extremadamente amables. ¡Gracias Emilio, Begoña y Carlota! Tenemos la seguridad de que volveremos.