Acabamos de regresar de nuestra estancia de Semana Santa allí y nos vamos con tristeza de no poder quedarnos más tiempo, pero muy complacidos de la estancia. Un encantador alojamiento rural ecológico en medio de la nada (Rapún-Huesca) pero a la vez cerca de todo (Sabiñanigo Jaca Biescas, etc.). Los propietarios, Begoña y Emilio, son super hospitalarios y amables. En definitiva, una experiencia maravillosa. Sin duda volveremos.