Grupo de amigos de edad adulta. Lugar extraordinario para disfrutar del paisaje y descansar. No hemos ido con niños pero es un sitio estupendo para llevarlos al disponer de granja. El trato de Belén, la propietaria, ha sido exquisito. Comida de calidad a base de productos propios y habitaciones bien equipadas y muy limpias. Desde allí se pueden hacer muchas excursiones puesto que está situada entre tres valles.