Hemos pasado este fin de semana en la Casa del Canónigo. Ha sido una experiencia inolvidable. El lugar precioso, cuidado hasta el mínimo detalle; la atención extraordinaria, de una delicadeza exquisita; los desayunos inmejorables; cenas para recordar; y el spa una delicia, con botellita de cava, bombones, pétalos, música... Las personas que trabajan allí transmiten una sincera cordialidad fuera de lo común, un saber hacer y estar que te hace sentir maravillosamente en todo momento. Muchísimas gracias a todos ellos, por este magnífico regalo. Ismael y Elena.