Estuvimos muy cómodos. Habitaciones espaciosas, camas confortables, baños nuevos y zonas comunes amplias. Un entorno muy tranquilo y con vistas a la sierra, para disfrutar del amanecer y atardecer. El trato con la dueña, aunque no la conocimos personalmente, muy bueno. Ricardo, que fue quien nos recibió, encantador y atento.