Pineda de la Sierra, el pueblo de mi madre, es mucho más que el pueblo de mis veranos. Aunque no puedo ir con la frecuencia que me gustaría, de vez en cuando me escapo a disfrutar del entorno privilegiado y maravilloso. Este último fin de semana, junto a mis hermanas, me he alojado en “El Hayedo” por vez primera y la experiencia ha sido tan satisfactoria que nos hemos ido deseando repetir. Además de volver al pueblo de nuestra infancia como tantas otras veces, sentirnos en casa, ha sido el complemento perfecto para disfrutar plenamente tanto dentro como fuera. La casa, espaciosa, preciosa, cómoda, cálida y acogedora. Hay que alabar el buen gusto y la atención al detalle en cada rincón de los dueños, Javier y Eva, siempre muy atentos y preocupados por que todo esté en orden. ¡Genial!