Ha sido todo un descubrimiento, no sólo del lugar, que es maravilloso, sino de nuestros anfitriones que son el alma del Castell.
Nos vamos con la certidumbre de que volveremos y con la sensación de que hemos ampliado un poquito nuestra ”familia escogida”.
El Castell es un lugar tranquilo, muy bonito y donde además preparan unas comidas deliciosas.
Recomendado al mil por cien.
Nos vamos con la certidumbre de que volveremos y con la sensación de que hemos ampliado un poquito nuestra ”familia escogida”.
El Castell es un lugar tranquilo, muy bonito y donde además preparan unas comidas deliciosas.
Recomendado al mil por cien.