Combarro es un pueblo precioso y la casa está en una ubicación encantadora, con el mar al lado y el casco antiguo a un paso. Lo que es la casa, parece estar reformada de hace poco, por lo que debería haber sido una agradable estancia, y de hecho lo fue. Es una pena que pese a las buenas condiciones de la casa, nuestra estancia allí no fuese del todo agradable, ya que la limpieza dejaba BASTANTE QUE DESEAR. La mesa de comer estaba pegajosa, el espejo del bajo totalmente marcado, el WC con olor a pis, y la casa en sí con un olor un poco extraño. Las toallas y las sábanas estaban bastante limpias.