Hemos estado dos veces, todo muy bien. La comodidad de tener baño en todas las habitaciones es genial.
Si tuviéramos que poner alguna pega, seria la comodidad da las sillas del comedor. Nosotros hacemos vida en el comedor de abajo, es genial con la chimenea, pero las sillas y la bancada que hay son bastante incómodas. Para comer o cenar, ningún problema, pero cuando llevas un rato de tertulia con un café o una copa, es incomodísimo. Solo que tuvieran cojines, cambiaria un montón.
Es cierto que en la planta de arriba hay dos sofás y una tele, pero en nuestro caso no nos es practico, además esa zona se la apropian los adolescentes.
Por lo demás, atención, limpieza, etc, todo perfecto.
Es la segunda vez que mi familia y yo nos alojamos aquí y, las dos veces salimos encantados.
Casa acogedora, destacar la limpieza y el buen funcionamiento de todo. Y, sobre todo, la atención de Albert y su familia.
Tranquilidad absoluta y desconexión total.
No puedo aportar ninguna crítica porqué no la tengo.
Deseando volver en cuanto podamos!
Una finca fabulosa. Muy pulcro todo. Las camas son muy confortables. No faltaba nada y el encargado tuvo detalles bonitos como dejar hielo y un mantel. Fuimos un grupo de 10 amigos y estuvimos muy a gusto.
Los dueños fueron muy amables. Pasamos unos días inolvidables en una casa que tenía todos los detalles que uno podría necesitar. Cada habitación tenía su baño, había dos neveras, lavadora, secadora, piscina, barbacoa, mesa de ping-pong...todo en medio de un campo con vacas. Además, nos indicaron una ruta por el bosque que encantó a los niños (había muchas moras y piñas). Había un pueblo a 5 min en coche (St.Boi de Lluçanès) con bodega, panadería (el pan, las cocas y las pizzas eran deliciosas), estanco y supermercado. Muchas gracias por la estancia tan maravillosa.
Un lugar rural encantador, espacioso, con electrodomésticos y mobiliario rústico. La piscina es prefabricada, ideal para que los niños se bañen. Existe un hogar en la cocina para realizar barbacoas. Los dueños son muy hospitalarios y resuelven problemas eficientemente.
Si tuviéramos que poner alguna pega, seria la comodidad da las sillas del comedor. Nosotros hacemos vida en el comedor de abajo, es genial con la chimenea, pero las sillas y la bancada que hay son bastante incómodas. Para comer o cenar, ningún problema, pero cuando llevas un rato de tertulia con un café o una copa, es incomodísimo. Solo que tuvieran cojines, cambiaria un montón.
Es cierto que en la planta de arriba hay dos sofás y una tele, pero en nuestro caso no nos es practico, además esa zona se la apropian los adolescentes.
Por lo demás, atención, limpieza, etc, todo perfecto.