El alojamiento es confortable y acogedor, con todo lo necesario para hacer la estancia muy agradable. El pueblo tiene de todo y se pueden hacer diversas actividades como visitar otros pueblos, montañismo, rutas de senderismo, ríos, cascadas y mucho más.
Todo fue perfecto, el lugar estaba muy limpio y tenía un encanto especial. Incluso nuestra perra, a pesar de ser una raza considerada peligrosa, fue recibida con los brazos abiertos, algo que no se ve en todos los lugares.
Hemos estado 3 noches, 2 adultos, 1 niño y 2 perritas pequeñas. El trato del propietario inmejorable, la casita está bien, tiene casi de todo y estuvimos muy a gusto. Hicimos una barbacoa y dentro de la casa se está fresquito en verano aún sin poner el a/a. Lo único que encontré a faltar fue una tostadora. Horno tampoco hay. El pueblo es muy pequeño y a la vez agradable.
Nosotros fuimos cada día a Valencia. La entrada de Valencia está a 30 minutos, y los pueblos de Costa a partir de 45 minutos.
La recomiendo.
Estuvimos en familia con amigos dos días 30 y 31 de diciembre,la casa está situada en un pueblo muy bonito,pintoresco,montañoso ideal para desconectar,la casa está muy completa,hicimos una paella a Leña,barbacoa y la anécdota se la llevó la cena de Nochevieja el cochinillo,al no disponer la casa de horno (lo único),Ricardo un tío campechano nos brindo entrar a su casa conocer a su mujer y hacernos personalmente el cochinillo,un trato 10, volveremos!!
Hemos repetido un verano más en la casita, estancia perfecta como siempre. Ricardo siempre atento a cualquier necesidad. La terraza, ideal para esas barbacoas de embutido de la zona. Los niños han vuelto a saborear Macastre en fiestas.
Repetiremos de nuevo.
Gracias Ricardo .
Nuestra estancia ha sido muy agradable, casita acogedora con un patio bonito que ha encantado a nuestros niños. Un saludo a Jose, amigo del dueño que nos atendió fenomenal y por supuesto al dueño Ricardo que sabemos que el destino ha hecho que no olvide nuestra visita. Muchas gracias por todo, ha sido un placer estar aquí a media hora de la playa sin perder el encanto y la sencillez de estar en un pueblo.
Fuimos a pasar el fin de semanana y la estancia fue muy agradable. Todo muy limpio y muy bien conservado. Su dueño siempre dispuesto a ayudar en lo q hiciera falta. Además pudimos ir con nuestras mascotas y disfrutaron mucho en el patio y las escapadas al monte. Tambien disfrutamos mucho la chimenea y el paellero exterior. Sin duda lo recomiendo.