El trato recibido fue excepcional, incluso más allá de lo esperado para un alquiler de casa rural. Mi hija se enfermó durante nuestra estancia y tuvimos que llevarla al hospital en Guadalajara. La propietaria nos ayudó e incluso sacó a nuestro perro, como si fuera una amiga o familiar. El entorno es increíble, hermoso y tranquilo. La decoración con grabados artísticos es un deleite para los sentidos.