Qué ver en Asturianos

Los vecinos de la localidad de Asturianos celebran la festividad de El Carmen (este año, el 17 y 19 de julio).

En la pedanía de Cerezal de Sanabria las fiestas se conmemoran el 30 de septiembre en honor a San Jerónimo.

El 13 y 14 de agosto se celebra la Fiesta de la Juventud en Entrepeñas, mientras que en Lagarejos se conmemora a San Pedro, 29 de junio, y organizan también una Fiesta de la Juventud, en esta ocasión el 2 de agosto.

Los vecinos de Rioconejos se encuentran de fiesta el 20 de mayo, festividad del Corpus Christi, y el 26 de julio, Santiago Apóstol.

Y Villar de los Pisones tiene dos fiestas: el 28 de enero, San Tirso, y el 21 de agosto, Nuestra Señora del Rosario.

El interior de su iglesia parroquial es impresionante, gracias a una grandiosa sala perfectamente cuidada. Las imágenes que alberga son de diferentes épocas. Junto al altar se recolocó la gran pila bautismal gótica que se apoya sobre un pedestal cuadrado con bolas. Los retablos laterales son barrocas, del siglo XVIII, plenos de equilibrio y complejos diseños. En uno de ellos se exhibe un lienzo con la Virgen de Guadalupe mejicana.

El municipio de Asturianos también lo componen cinco pedanías más. Cerezal de Sanabria es una de ellas, una pequeña localidad en la que destaca su modesta iglesia. De ella, lo más representativa es la espadaña. Al lado de este templo prospera un alto y vigoroso cerezo, que da el nombre a la localidad.

También pertenece al municipio, Entrepeñas, ubicado junto al embalse de Cernadilla, pero una loma lo oculta desde la mayor parte del casco urbano. De épocas antiguas se conserva la portada meridional, creada con arco carpanel enmarcado con pilastras y un frontón triangular. Otra de sus edificaciones similares es la ermita del Cristo, típico humilladero.

En tercer lugar, Lagarejos de la Carballeda, un pueblo en el que predomina la arquitectura tradicional. Bajo el soportal se encuentra una puerta de formas barrocas sencillas. El presbiterio nos ofrece unos sugerentes volúmenes con su ábside cilíndrico.

Villar de los Pisones es otra de las localidades, cuyo nombre habla de un pasado marcado por los molinos y batanes. La iglesia se encuentra sustentada por canecillos que representan imágenes tan dispares como caras humanas, cuadrúpedos copulando, cabezas de animales y otras sorpresas que el maestro tallista quiso dejar para la posteridad. En la parte alta del muro, una losa cuadrada conserva la talla de un calvario.

Completa el municipio, Rioconejos, una pequeña aldea que ha visto cómo el paso del tiempo ha hecho mella en alguna de sus edificaciones. Es el caso de la Escuela Pública, un edificio que data de 1948, construida en piedra y pizarra, ahora en ruinas. La iglesia recibe el nombre de Santiago Apóstol, patrón de la localidad.