El lugar de hospedaje es encantador. Se ha cuidado y adornado con mimo. A pesar del tiempo inestable durante esos días, pudimos disfrutar de una reunión familiar cómoda como si estuviéramos en nuestro propio hogar.
Una experiencia impecable. Conchi, la persona que nos recibió, fue encantadora. Todo estuvo excelente, limpio y acogedor. Un fin de semana que sin duda repetiríamos. Nos ha enamorado la casa y el entorno es deslumbrante.
Una casa de ensueño, con el encanto de casa del pueblo , en la misma calle donde esta la casase encuentra el acceso directo a la subida Áliva.La decoración preciosa y muy práctica con sus 2 zonas de comedor y el horno de leña un lujazo cocinar, e incluso hacer una pan como los de toda la vida.La limpieza de la casa , impecable ni en las piedras interiores había una mota de polvo.
En resumen para repetir.