Su término fue conocido ya por los pastores célticos. Fue adjudicada por Alfonso VI a la Iglesia de Toledo.
Entonces se denominaba de Talavera, y cuando D. Pedro Tenorio edificaba el puente llamado del Arzobispo, el Rey don Juan el I quedó tan satisfecho de la obra, que a instancia del mismo Arzobispo concedió privilegio de franqueza a todos los que fueren a poblar a Villafranca (Puente del Arzobispo) y Alcolea, en cuyo terreno se construía el Puente.
Este privilegio, que obra en el archivo de la Iglesia mayor de Toledo, fue expedido en Guadalajara a 14 de Marzo de 1390.