Obra de estilo barroco que se comenzó a construir en 1725 y se acabó en 1793, a expensas del arzobispo de Sevilla, don Luis de Salcedo. Destacan lienzos y esculturas de los siglos XVI, XVIII y XIX, así como el retablo mayor de mediados del s. XVIII, realizado por Felipe Fernández del Castillo a raíz del diseño de Pedro Duque Cornejo.