Hoteles en Cantabria

En el norte de la Península Ibérica y situada entre el mar y la cordillera cantábrica, la comunidad cuenta con múltiples parajes prácticamente vírgenes, y que sirven de escenario para practicar varios deportes tales como surf, windsurf, piragüismo o submarinismo y para que las mascotas puedan disfrutar de un entorno natural en unas vacaciones acompañando a sus dueños.Cerca de la capital, se puede disfrutar del Parque de la Naturaleza de Cabárceno, espacio de gran belleza natural en el que conviven distintas especies animales. Entre los lugares mejores conservados hasta el momento en Cantabria están el Parque Natural de Picos de Europa (compartido con las comunidades autónomas de Asturias y Castilla y León) y los Parques Naturales de Oyambre, Peña Cabarga y Saja-Besaya.Santillana del Mar representa uno de los conjuntos histórico-artístico mejor conservados de España. Una aldea medieval del siglo IX, en la que se mezclan edificios medievales, renacentistas y barrocos. Una vez allí, no puedes perderte las famosas Cuevas de Altamira, que presentan grabados polícromos de bisontes realizados por los paleolíticos. Tantos lugares históricos llamarán la atención de adultos y niños que verán en Cantabria el lugar ideal para pasar unos días de vacaciones inolvidables sin hacer demasiado desembolso económico o disfrutando de las casas rurales en Cantabria y su tranquilidad norteña.Son muchas las localidades que se pueden visitar, tanto en el interior como cerca de la playa, algunos de ellos pensados para el total relax donde el jacuzzi en las habitaciones suele ser el principal protagonista. En lo que respecta a su gastronomía, son platos típicos el cocido montañés (a base de alubia y berza), el cocido lebaniego, el sorropotún, la olla ferroviaria o las empanadas, los panes preñaos y los pinchos.Además, cabe señalar sobre todo la riqueza de su patrimonio y cultura musical que se hace patente también en muchos de los hoteles de lujo y hoteles románticos en Cantabria. Podrás escuchar desde cantos de cuna, hasta cantares de ronda, pasando por canciones infantiles, tonadas, jotas, picayos, o marzas.