Acabamos de llegar a casa y estos días en Posada La Pastora nos han parecido un sueño. El hotelito inmejorable, al último detalle y la zona una sorpresa inesperada (apenas sabíamos nada). Gracias a Inma y Miguel por hacernos pasar unos días inolvidables en los que hemos podido "cargar nuestras gastadas pilas".
¡Que nadie se pierda los desayunos!
¡Que nadie se pierda los desayunos!