Pasamos un fin de semana acogedor en esta hotel, buen trato, bien ubicado para visitar sitios muy bonitos,Los Arribes del Duero y Braganza nos encantaron.
Los desayunos caseros y riquísimos al igual que las cenas.
Pero sobre todo destacar el trato de María Jesús, la dueña, siempre pendiente pero sin agobiar.
De 10, sin dudarlo.
Pasamos un fin de semana acogedor en esta hotel, buen trato, bien ubicado para visitar sitios muy bonitos,Los Arribes del Duero y Braganza nos encantaron.
Los desayunos caseros y riquísimos al igual que las cenas.
Pero sobre todo destacar el trato de María Jesús, la dueña, siempre pendiente pero sin agobiar.
De 10, sin dudarlo.