Las instalaciones son increíbles, se respira tranquilidad. Es ideal para ir en pareja , muy romántica. La dueña María Jesús es sencillamente encantadora, los desayunos son increíbles y lo mejor es que son caseros, cuando al oscurecer encienden las velas del salón se convierte en un ambiente muy romántico.
No sigo contando para que aquellos que aún no han tenido la suerte de probarlo, sencillamente lo prueben.
No sigo contando para que aquellos que aún no han tenido la suerte de probarlo, sencillamente lo prueben.
Mil Gracias