Totalmente recomendable; las habitaciones muy espaciosas, la limpieza llama la atención por impecable, un entorno muy agradable y sobre todo la amabilidad y calidez de los dueños; Ramón y su mujer nos trataron como padrazos y en especial a mi hijo Alejandro como si fuesen sus abuelos; y Santi, ya en el mismo recibimiento, me dejó encantado, y luego nos hizo sabias recomendaciones de rutas y sitios opara comer. En resumen: un 10.