Una complicada y dolorosa situación familiar hizo que tuviésemos que regresar a nuestra ciudad de origen antes de llegar a la Posada. Cuando lo comunicamos al alojamiento, las dueñas hicieron gala de un altruísmo y de una generosidad que nos emocionó.
Estas encantadoras anfitrionas decidieron, sin conocernos aún, facilitarnos todo lo que estuviese en su mano y resolver la cuestión de la reserva de la manera más favorable para nosotros. Incluso nos mandaron calurosos mensajes de ánimo.
No conocemos la Posada El Hondal aún. Sólo a través de las fotografías. En ellas se aprecia la belleza del entorno y de la casa, sólo superadas por la gran humanidad de sus propietarias.
Gracias infinitas
Estas encantadoras anfitrionas decidieron, sin conocernos aún, facilitarnos todo lo que estuviese en su mano y resolver la cuestión de la reserva de la manera más favorable para nosotros. Incluso nos mandaron calurosos mensajes de ánimo.
No conocemos la Posada El Hondal aún. Sólo a través de las fotografías. En ellas se aprecia la belleza del entorno y de la casa, sólo superadas por la gran humanidad de sus propietarias.
Gracias infinitas