En general, la casa tiene un encanto rústico, destacando que cada cuarto cuenta con su propio baño. Sin embargo, el equipo de cocina es deficiente, faltando artículos básicos como copas, vasos, un exprimidor e incluso un abridor de botellas. La asistencia del personal del bar es notable, siempre dispuestos a ayudar en lo que sea necesario.
La casa es estéticamente agradable, sin embargo, la limpieza es mejorable. Encontramos objetos pertenecientes a huéspedes previos en los cajones, además de que las sábanas y toallas no estaban en su mejor estado de limpieza. Por otro lado, es una casa bastante completa con múltiples habitaciones, cada una con su baño.
El trato recibido por Elvira, la propietaria, fue excepcional. Amabilidad y confianza son las palabras que mejor la describen. La casa nos encantó, teniendo todo lo que necesitábamos para disfrutar de un fin de semana familiar maravilloso. La encontramos limpia y bien equipada.